Bruno Hortelano ha batido este año los records españoles de 100 y 200 metros, se ha proclamado campeón de Europa… Y, sobre todo, ha hecho soñar a la afición. El próximo 19 de diciembre recibirá el Premio AS a la revelación.
Las primeras marcas de la temporada avisaron de sus insospechadas posibilidades. Batió el récord nacional de 100 metros con una marca de 10.06 segundos, un registro de primer grado en Europa y, sobre todo, el anticipo de lo que Bruno Hortelano podría conseguir en los 200 metros, su prueba favorita. Su victoria en los Campeonatos de Europa alcanzó una repercusión desconocida en España desde el glorioso año de Yago Lamela en 1999. Lamela descubrió el salto de longitud a la gente. Bruno Hortelano hizo lo mismo con el sprint.
Su victoria en los Campeonatos de Europa alcanzó una repercusión desconocida en España desde el glorioso año de Yago Lamela en 1999.
En un país caracterizado hasta hace poco por los fondistas y mediofondistas, Hortelano ha sido la novedad más saludable posible para el atletismo, decaído en España y en buena parte de Europa en los últimos años. Se generaron expectativas tan altas antes de Río de Janeiro que no podía desecharse la desilusión en los Juegos, donde Bruno Hortelano tenía que jugar en las Ligas mayores frente a Usain Bolt, los mejores caribeños y los fenómenos estadounidenses.
Minucioso, optimista, con una inteligencia privilegiada, Hortelano –hijo de dos científicos que han recorrido todos los continentes- mejoró cualquier expectativa. Es cierto que no alcanzó la final, pero sus marcas fueron de prestigio mundial: 20.12 segundos (récord de España) en los cuartos de final y 20.16 en las semifinales, donde estuvo a un puesto de lograr la plaza para la final. Salió de los Juegos como una nueva estrella del deporte español y la mejor noticia posible para el atletismo.